La fabricación del clínker en Andalucía alcanzó en 2023 un índice de sustitución térmica procedente de combustibles alternativos del 40,4%, valor que, aunque muy similar al promedio nacional, todavía está por debajo del promedio europeo del 53%. La combinación del empleo de combustibles más limpios, como aquellos que contienen biomasa, junto a las mejoras continuas en eficiencia energética de las fábricas andaluzas, está marcando un importante avance hacia una producción de cementos más sostenibles. Desde 2018, el sector ha optimizado el valor del consumo térmico un 4,1%, situando a las fábricas andaluzas entre las más eficientes de España y Europa. Como resultado, en 2023 la emisión de CO₂ por tonelada de clínker fabricado se redujo hasta 0,753 toneladas, un 11,3% menor que hace cinco años.
Durante la presentación de la memoria, Ricardo de Pablos, presidente de FLACEMA y AFCA y CEO de Holcim España, destacó que “la industria cementera andaluza reafirma su compromiso con la sostenibilidad, liderando iniciativas que integran economía circular y descarbonización”. Además, subrayó que “estos esfuerzos no solo impulsan la transición, sino que también reflejan nuestra firme apuesta por el mantenimiento del empleo de calidad, el impulso de la inversión social y el fortalecimiento de la competitividad del sector”.
En el acto, también estuvieron presentes José Manuel Rodríguez, vicepresidente de FLACEMA y Secretario General de UGT FICA-A y Cristina Ascaso, en representación de CCOO del Hábitat Andalucía. Ambos destacaron la importancia de impulsar la valorización, tanto material como energética, de aquellos residuos que no pueden reutilizarse ni reciclarse. Resaltaron además que esta práctica no solo contribuye a la sostenibilidad en materia ambiental, sino que también es clave para preservar la actividad industrial y el empleo en las fábricas de Andalucía.
Seguridad, formación y empleo: compromiso con las personas
La industria cementera no solo lidera en términos de circularidad, sino también en materia de seguridad. La Memoria de Sostenibilidad destaca que los índices de accidentalidad se mantienen por debajo de la media del sector industrial y de la construcción. Además, el sector continúa apostando por la formación continua, con una media de 446 acciones formativas anuales en cada fábrica, con un promedio de 6,6 horas de duración por cada participante, que refuerzan la cualificación de los empleados y empleadas.
Entorno económico desafiante
Según datos recogidos en la décima edición de la Memoria de Sostenibilidad, en 2021, el consumo de cemento en Andalucía alcanzó los 3,3 millones de toneladas (superando por primera vez la cifra de 3 millones desde 2011) debido a la reactivación de licitaciones y obras de rehabilitación post COVID, un registro que disminuyó posteriormente en 2022 hasta un 5,3% y volvió a presentar un leve crecimiento de un 3,4% en 2023, alcanzándose en nuestra región un consumo de 3,2 millones de toneladas de cemento. En octubre de 2024, el consumo de cemento acumulado del año en Andalucía ha registrado un leve crecimiento de 0,8%.
En el contexto internacional, la exportación de cemento y clínker (el principal componente del cemento) desde Andalucía hacia otros países ha sufrido una disminución muy acusada. Concretamente, en los últimos 3 años, ha descendido 51,5% la exportación de cemento. El sector no ha registrado ninguna mejoría clara en los factores decisivos para la competitividad, tales como los costes eléctricos, la elevada inflación o los precios de los derechos de emisión, que han batido récords históricos en los últimos años.
Apuesta estratégica de futuro
Como parte del cierre del acto, el sector cementero andaluz ha reafirmado su papel esencial para abanderar la sostenibilidad e innovación, enfrentando los desafíos del mercado con soluciones que integran tecnología, eficiencia y compromiso con el medio ambiente y el entorno social. Una apuesta estratégica que contribuye tanto al desarrollo económico de Andalucía como al avance hacia una economía más sostenible y circular.